domingo, 28 de noviembre de 2010

Un largo camino al profesionalismo

Fausto Grillo, jugador de la 6ta de Vélez


   Cada día se le da mayor importancia a la formación de los jóvenes en las inferiores. Los mismos deben superar varias instancias y obstáculos que se les van a presentar durante este recorrido.  
   La mayoría de los jóvenes sueñan con jugar en las inferiores de algún club importante para el día de mañana poder llegar a cumplir su deseo de estar en un plantel de Primera División. Existen diferentes motivos que llevan a estos chicos a emprender su aventura hacia el fútbol profesional, ya sea por decisión propia o por algún interés de sus padres. Por cualquiera de estas dos razones, deben transitar un largo camino para poder lograr sus expectativas donde se encontraran con diferentes alegrías y tristezas. Algunos tienen más fácil ese período y otros deben luchar un poco más para poder conseguir el objetivo.
   Muy largo es el trayecto que se debe recorrer para ser profesional. En todo este proceso resulta imposible dejar de lado la gran influencia de algunos factores que son determinantes antes de llegar al profesionalismo.
   Un gran porcentaje de los jugadores de fútbol provienen de familias de clase media baja, y por esta razón carecen de recursos económicos. Una de las barreras para el desarrollo hacia el profesionalismo son los viajes que deben realizar cuando van a los entrenamientos. En algunas ocasiones, este es uno de los factores que impulsan el abandono.
Ivan Massi, jugador de la 6ta de Estudiantes de La Plata
   Si bien ciertos jóvenes ya tienen un representante y de esta manera se aseguran ciertos viáticos, esto no es igual para todos lo que hace que ellos mismos se deban pagar los viajes.
   Por otro parte, muchas familias de clase baja, donde la pobreza hace que lleven una vida difícil, deciden que su hijo juegue al fútbol para “salvarse” económicamente. En algunos casos no resulta ser el deseo del niño de jugar y llegar a ser profesional, pero el deseo de sus padres hace que deba desempeñarse en la actividad y de la mejor manera posible.
   Los padres en este caso ven en el fútbol la posibilidad del ascenso social. Con su hijo, jugador de fútbol, pretenden pertenecer a una clase media alta y dejar atrás el sector social bajo al que pertenecían.
   Un claro ejemplo del fútbol como ascenso social es el caso del ex jugador de Boca Juniors y actual jugador del Manchester City, Carlos Tevez, quien salió de la villa de Fuerte Apache gracias a este deporte. De esta manera pudo sacar a su familia de la pobreza y ayudar económicamente a sus amigos.
   El gran cambio, de pasar a jugar en un club de barrio a las inferiores de un club que se encuentra en un alto nivel de competencia, puede ser perjudicial para algunos jóvenes ya que no se encuentran preparados para tanta exigencia física y deportiva.
   Los jugadores que vienen del interior del país en busca de lograr su sueño no solo deben adaptarse a la competencia de alto nivel y a la exigencia física. También tienen que adaptarse al cambio de vida ya que dejan sus hogares, donde la familia les brindaba muchas más comodidades y les solucionaba ciertos problemas. Ahora debe aprender a compartir y a convivir con una gran cantidad de chicos que se encuentran en la misma situación que ellos, ya que por lo general los futbolistas del interior viven en las pensiones de los clubes.
   En la actualidad, existen innumerables hechos de violencia en las canchas entre deportistas, entre espectadores, contra los árbitros y en los diferentes niveles de la práctica. La competitividad mal entendida es la principal causa de esta violencia, que se encuentra estrictamente vinculada a la falta de educación deportiva, donde se tiene una idea de que lo más importante es ganar. De esta manera se pueden ver a padres agrediendo verbalmente, entrenadores con actitudes incorrectas para con los árbitros, entre otros modos de violencia.
   Este tipo de violencia en las canchas y durante los encuentros disputados es perjudicial para el futbolista que se esta desarrollando como jugador y como persona. Se empieza a desenvolver en un lugar donde la misma es cosa de todos los días y hace que incorpore estos actos violentos sacándolos dentro del campo de juego.
   Un ejemplo es el partido que disputaron Vélez Sarsfield e Instituto en Córdoba. El partido terminó a las trompadas entre los chicos de la séptima división ya que uno de los jugadores del conjunto local, tras perder 1 a 0, le tiró una patada al entrenador de Vélez y empezaron a las trompadas.
   Es muy importante la educación de cada persona y que se logre entender que en el deporte se puede ganar o perder para poder lograr una competencia sana. Muchos de los clubes, en inferiores, tienen psicólogos que preparan a los chicos ante una posible angustia o bajón anímico o ante una alegría que puede convertirse perjudicial para el joven.
   Algunos clubes de fútbol tienen escuelas propias, como el caso de River Plate, Vélez Sarsfield, y varios de ellos obligan a los chicos a que estudien ya que sino tienen un buen rendimiento académico no juegan los partidos.
   Por otro lado es fundamental el apoyo que pueden brindar los padres en la formación de sus hijos, aunque en muchos casos esos chicos deben abandonar sus hogares para dedicarse al deporte profesional. Además de sus casas, también se dejan de lado factores que a medida que pasa el tiempo es notable su ausencia, como la familia y los amigos.
   El hecho de tener mayor cantidad de sesiones de entrenamientos semanales te obliga a tener que elegir o descartar otro tipo de actividades como las juntadas con tus amigos, las salidas a bailar, entre otras cosas.
   La escuela es otro ámbito que se abandona, ya que los entrenamientos muchas veces resultan agotadores. A esto se le suma el viaje y las condiciones psicológicas de cada persona; entonces se acortan los tiempos libres tanto para el estudio como para otras actividades.
   El talento deportivo no siempre acompaña al deportista. En ocasiones no pueden sostener las destrezas futbolísticas en las divisiones inferiores y no logran cumplir el sueño de llegar a ser profesionales. Otros, a fin de año, quedan libres en los clubes que estaban jugando debido a que su rendimiento a lo largo del año no era el esperado. Gracias a esto, muchos deciden dejar porque les ocasiona mucha tristeza o no tienen posibilidad de desempeñarse en otra institución.
   La adolescencia es una etapa clave para tomar la decisión sobre llevar una vida normal o entrar de lleno al profesionalismo, aceptando sus ventajas y desventajas. En esta etapa es en la que hay más cantidad de abandono ya que se dan cuenta que no es lo que quieren para el resto de su vida.
   Muchos son los pensamientos que pueden pasar por la cabeza de los futuros profesionales. Es indispensable el apoyo que se le brinde a los jóvenes y la manera en que se encuentran psicológicamente para llegar a ese objetivo que esperan con tanta ansiedad.
   El mismo objetivo pero diferentes caminos
   Tomaremos dos ejemplos de jugadores de la séptima división para observar similitudes y diferencias sobre como llegaron a las inferiores de un club de Primera División y cuáles son sus expectativas a futuro. De esta manera podemos verificar algunos de los puntos mencionados anteriormente.
   El primer ejemplo que mencionaremos es el caso de Fausto Grillo actual jugador de Vélez Sarsfield. Nació en la ciudad de San Carlos de Bariloche el 20 de febrero de 1993. Sus primeros pasos como jugador los dio en la escuelita de fútbol del Club del Prado denominada “Los Globos”, donde jugaba fútbol de salón.
    A los ocho años lo cambiaron al Club Deportivo Estudiantes Unidos de Bariloche lugar que se destacó en una categoría más grande (categoría 1992) pero jugando fútbol 7. Empezó jugando de punta por derecha, y al ser zurdo, su función era enganchar y pegarle al arco. Más tarde lo trasladaron al mediocampo por izquierda y finalizó de enganche antes de emprender su aventura por Buenos Aires en diferentes pruebas futbolísticas.
   Fausto nos comentó acerca del duro camino que se tiene que atravesar para llegar a cumplir su sueño de jugador profesional y lograr jugar en Primera División.
   Su primer club en la capital del país fue Boca Juniors. Llegó gracias a un señor que trabajaba con Quique Wolf en ESPN, amigo de su primer entrenador, Mario Panunsio. Según Fausto, la prueba en el club Xeneize fue muy dura ya que ese día hacía 34 grados y él no estaba acostumbrado a tanto calor.
   Apenas llegó lo vino a ver Ramón Madoni y cuando lo vio caminar le preguntó si era zurdo, cosa que le llamó mucho la atención a Grillo. Ese día había llegado de viajar, pero tuvo la suerte de meter un gol en su primer día de prueba.
   “Cuando Ramón me dijo que había quedado no lo podía creer. Termine de entrenar y fui corriendo a abrazar a mi viejo que me venía bancando hace rato con esto del fútbol. Después llamé a mi mamá y se emocionó, la verdad que fue lo mejor”, dijo Fausto sobre que sintió cuando le habían dicho que era jugador del plantel.
   Al momento de preguntarle si tuvo que pagar como se dice “derecho de piso”, el jugador comentó una anécdota interesante. “Cuando nos tomamos el colectivo, mi viejo le preguntó a la madre de un compañero como se manejaban en el club y la misma le dijo: “Yo acá espero que tu hijo se lesione para que juegue el mío, así que no esperes que a tu hijo se le acerquen mucho porque los chicos saben que vienen a sacarle el puesto a ellos”.
   Con respecto al comentario de la mujer, Fausto nos dijo que durante estos cuatro años que se encuentra en Buenos Aires y jugando al fútbol se dio cuenta que lamentablemente era verdad lo que le había dicho, pero que siempre lo mejor es ganarse un puesto por como jugas y no esperando a que se lesione tu compañero.
   Para el jugador se le hizo muy difícil dejar la familia, los amigos y la ciudad. “Gracias a Dios vino a vivir conmigo mi mamá pero el primer año se me hizo muy complicado ya que no me citaban para jugar los partidos y yo extrañaba a mi familia. Lloraba todos los viernes que no me citaban, mi viejo y mi hermano en Bariloche y yo acá, la verdad que fue muy duro”.
   En Boca, el primer año, comenzó jugando de punta. Luego jugó de volante por izquierda y terminó jugando de 3 cuando Ramón Madoni le dijo si se destacaba en esa posición iba a llegar a primera.
   El momento más difícil de este camino hacia el profesionalismo fue cuando en el club de La Boca le dijeron que quedaba libre y debía buscarse otro equipo. “Yo me lo esperaba porque jugaba en Liga y nunca me ponían en AFA.  Cuando el coordinador falso de Boca, porque no tiene ningún título oficial, Andrés Lilini, me dijo que quedaba libre me lo quería comer porque nunca nos había ido a ver jugar en Liga y encima ese año habíamos salido campeones cuando el primer equipo de AFA terminó décimo. Me vino a decir que mi rendimiento fue bajo a lo largo del año y la verdad que sentí que me cortaban las piernas, hasta llegue a pensar en dejar el fútbol”.
   Gracias al apoyo de su familia, sus amigos, y la gente que lo quiere logró no bajar los brazos y continuo probando suerte en Vélez Sarsfield ya que un amigo de su papá le logró conseguir una prueba en el club de Liniers una semana después de que lo dejaran afuera de Boca.
  Actualmente salió campeón en su categoría jugando la gran mayoría de los partidos de titular. Con respecto al deseo de jugar con la selección en algún momento, Fausto comentó: “Es más que un sueño. Sería lo mejor que me puede pasar en la vida jugar con la camiseta de mi país, representarla. Es algo que sueño y voy a soñar toda mi vida”.
   Como objetivo lejano desea jugar en Primera División pero todavía, según él, le falta muchos aspectos que mejorar. “Espero en uno o dos años poder entrenar con la reserva, ya que nuestro entrenador nos dijo que nos veía con muchas chances a todos”.
   El otro ejemplo que podemos mencionar es el caso de Iván Massi, jugador de la séptima división de Estudiantes de La Plata y con características muy parecidas a la de Fausto Grillo ya que juega de 3 y es zurdo. Nació el 9 de enero de 1993 en Villa Elisa (La Plata).
   A los tres años ya empezó jugando en San Francisco de Asis, club que actualmente ya no existe. Cuando tenía nueve años lo llamaron de Estudiantes y jugaba en ambos clubes. Cumplidos los once años se cambió de club de barrio y se fue a jugar al D.I.V.E (Deportes Infantiles Villa Elisa) hasta los trece años.
  Con respecto a como llegó al club de la ciudad de las diagonales, Iván nos dijo: “Yo estaba jugando un partido amistoso para San Francisco y el técnico de Estudiantes fue a ver ese partido. Luego en la semana me llamó y me dijo que me presentara en el country de City Bell”.
  Al presentarse el día acordado comentó que no tuvo que hacer ninguna prueba y empezó a jugar directo. “Fui un martes, entrené, y el jueves fui a Buenos Aires a hacerme la revisación y me ficharon”.
   Empezó jugando de volante por izquierda y pasó a jugar de 3 debido a que el volante por izquierda estaba jugando muy bien y el estaba de suplente. “Me preguntaron si me molestaba jugar de defensor lateral y yo les dije que no. De esa manera empecé a jugar en esa posición”.
   “Tenía nueve años y sentí mucha felicidad cuando me dijeron que había quedado en el plantel. A mi me llamaron un jueves para que vaya un martes y cuando atiendo me dicen que eran de Estudiantes. Lo primero que pensé es que era para mi hermano, ya que él jugaba y se había ido. Después les pase con mi hermana y ella arregló todo”, declaró Massi sobre sus sentimientos cuando se enteró que lo llamaban del club Pincha.
   Tiene como objetivo cercano jugar en reserva y finalizar en Primera División. “Siempre nos dicen que ya estamos ahí, que en cualquier momento falta uno y van a mandar a alguno de nosotros a reserva. En el verano jugamos un partido contra la reserva y perdimos 4 a 1”.
   Con respecto al apoyo que le brindó la familia con el tema del fútbol dijo que siempre tuvo mucho apoyo. “Cuando estaba en pre-novena yo quería dejar porque no aguantaba la presión ya que Estudiantes te genera mucha presión. Tenía trece años y me costaba, pero mi papá con mi hermano me hablaron y esa charla me ayudó para que yo decidiera quedarme y continuar”.
   Al momento de preguntarle si tuvo que pagar “derecho de piso” cuando entró al club dijo que desde muy chico se sumó al plantel y era un grupo muy bueno donde todos tirábamos para el mismo lado, lo que hizo que nadie se encontrara con malas intenciones dentro del equipo.
   “Actualmente la competencia es más dura que antes pero tampoco es mucho. Yo con el volante por izquierda siempre tuve una relación muy buena y eso que competíamos por el mismo puesto”, agregó Massi sobre la competencia en la actualidad.
  Conclusión  
Ahora bien, como podemos observar un jugador tuvo, por el momento, un camino hacia el profesionalismo más difícil que otro. La igualdad que podemos encontrar entre los dos ejemplos es que ambos sueñan con llegar a jugar en Primera División. Por ahí uno la tiene más complicada que otro para lograr cumplir el objetivo pero esta claro que los dos se esfuerzan y luchan para conseguirlo.
   En los dos casos el apoyo de la familia es fundamental para el mismo jugador ya que es como la columna vertebral que los mantiene de pie y les da fuerza para seguir adelante y no bajar los brazos.

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